Adiós a la Televisión, adiós a la reputación.

El día de ayer comenzó la transición en la que México dejará la televisión análoga por la digital, allá en  la ciudad de Tijuana, en el estado de Baja California, para después, poco a poco, ir cubriendo el resto de los estados de la República.

Innovador ¿no?, qué padre ¿no?, interesante, ¿no? Pues no, no lo es como a simple vista parece serlo, pues ayer en Tijuana más de 14,324 personas (El Financiero, 2013)  no pudieron ver televisión ni podrán hacerlo de ahora en adelante por dos sencillas razones: la primera, porque sus televisores son viejos y no cuentan con la tecnología para recibir la señal digital, no hace falta mencionar al estrato social del que estoy hablando. Y segunda, porque la COFETEL (Comisión Federal de Telecomunicaciones) no entregó en tiempo y forma los codificadores que sí son aptos para recibir la dichosa señal, claro, en televisiones modernas.

¡Qué padre! La gente que apenas tiene para comer o que difícilmente tiene un poder adquisitivo desahogado no le será tan fácilmente cambiar sus aparatos por un plasma o por una led o por cualquier otro dispositivo que sí reciba lo digital. Debo mencionar que hay familias cuyo techo de la casa se está cayendo, pero tienen su antena directa al hogar de diferentes compañías. De todo hay en México.

Lo que sí quiero cuestionar es ¿por qué no se pueden hacer las cosas bien en este país?, ¿por qué hacer cambios tecnológicos cuando más del 60 % de la población vive en pobreza extrema?, ¿por qué no entregar los codificadores a tiempo para que las personas no pierdan el derecho de ver televisión pública gratuita? No me voy a meter en el debate de si la tv. abierta es buena o mala, ese no es el punto. Es un derecho y se les está negando.

Eso solo en Tijuana, ¿qué pasará en Chiapas, Veracruz, D.F?, ¿en las ciudad fronterizas, en las costas, en el campo? Y no es todo, resulta que la institución que  debe entregar los codificadores es la COFETEL pero desde que se modificó la Ley de Telecomunicaciones se creó el IFETEL (Instituto Federal de Telecomunicaciones) pero aún no está listo, apenas están en la selección de las personas que serán encargadas y se tardarán 3 meses aproximadamente,  pero la ley desconoce ya a la COFETEL, y ¿ahora?, ¿quién va a entregar los codificadores si la transición, al parecer, no va a parar?

Habrá que ver cuál va a ser la estrategia del gobierno para resolver este problema porque si sigue así no dudo que haya manifestaciones tradicionales y en las redes sociales, o ¿no?

América gana, Televisa pierde.

El pasado domingo fue la final del fútbol mexicano entre América y el Cruz Azul, resultando ganador el equipo amarillo. Pero no es de este deporte de lo que les quiero hablar, sino de lo que pasó alrededor del festejo: Emilio Azcárraga Jean, presidente de Grupo Televisa, fue fotografiado y tomado al aire, en vivo, en un estado de ebriedad bastante avanzado, convirtiéndose en el hazmerreír del país entero.

Las imágenes hablan por sí solas

Todos tenemos la libertad de ponernos muy ebrios ¿no? Seguramente, y lo digo empezando por mí, hemos pasado por situaciones parecidas en la fiesta, con bromas de amigos, fotografías, carillas y demás, y no pasa nada, salvo la reputación que uno se empieza a forjar. Cuando se tiene un motivo para celebrar también se puede recurrir a la bebida y caer en la situación de hacer cosas “divertidas”. “vergonzosas”, “cagadas” o como quieran llamarle y no pasa nada.

Pero cuando se es el presidente del grupo de telecomunicaciones más importante de este país, cuando representas intereses, acciones, consorcios, influencia, cuando eres la imagen pública de la empresa, cuando ésta lucha contra el alcoholismo en sus campañas institucionales, cuando eres todo eso y caes en los daños colaterales del alcohol, pasa todo, pasa mucho.

Y sí, Emilio tiene todo el derecho de ponerse “pedo”, hasta el “queque” pero es imagen pública que debe cuidarse, y deben cuidarlo. ¿Qué pasó por la mente de los que transmitieron esas imágenes al aire? Es como si yo permitiera que grabaran mientras le hacen bullying a mi hermano, o algo así.

Los memes no se hicieron esperar.

Ahora ¿qué va a hacer Televisa para reivindicar o minimizar los daños a la imagen de la empresa y a la imagen del mismo Azcárraga?, ¿cuál será la estrategia para evitar futuras ocasiones?, ¿cómo calmar la bola de nieve de una pésima imagen luego de que hacienda le perdonara los impuestos a Televisa?

Para quienes están en contra de la empresa todo esto es oro puro, para los que no, a lo mejor no les importa, o ni se han dado cuenta, lo que sí es evidente es que a nivel reputación América ganó, pero Televisa perdió.

A volar

Vaya crisis está pasando Viva Aerobús, la línea de bajo costo, luego del enfrentamiento sucedido entre un empleado de la empresa y los pasajeros del vuelo a Monterrey, específicamente con una señora y un hombre, que, según las fuentes, llevaba más de 1 hora retrasado.

Aquí hay varios puntos que resaltar: primero, el tema de la puntualidad en las aerolíneas, siempre es un problema a nivel nacional e internacional, aunque hay empresas que sí son puntuales, no generalizo.

Segundo, me queda muy claro que muchas personas viven a la defensiva, con enojo y demás por el ritmo de vida que llevan.

Tercero, a VivaAerobús le hace falta, con urgencia, un manual de crisis, que oriente, capacite y brinde a sus empleados las armas necesarias para enfrentar algo que es 100 % natural: quejas en el servicio al cliente.

Cuarto, la violencia nunca es buena, y la señora no debió de pegarle al empleado de la empresa, tampoco el señor debió dejarse ir a golpes. Se entiende pero no se justifica

Los usuarios no suben al avión por los clásicos gusanos

Quinto, por ser aerolínea de bajo costo debo de estar consciente de que no habrá ciertas comodidades, lujos, ciertos protocolos, alimentos, pero no por ser de bajo costo tengo que recibir un pésimo servicio con una pésima calidad, eso no. Y menos cuando hay una crisis, el empleado burlándose de la situación enfrente de los pasajeros enojados, eso y decir “la perra está enojada y tú le pateas la reja” es lo mismo.

La imagen y la reputación de la empresa están en el piso, y dudo que puedan despegar de forma positiva, y si le sumamos el altercado con la #ladysenadora del PRD en un mostrador de la misma empresa en Quintana Roo, nunca vamos a acabar. Abusos de poder, tráfico de influencias y demás.

La reputación y la imagen, sin importar si son empresas, personas, comisiones, transiciones son delicadas y dignas de asignarles a alguien que vele por ellas. Yo digo.